En 2014 Andrés Cortés cumplió uno de sus sueños: ingresar a la Policía Nacional de Colombia; ese mismo año, el patrullero inició su transición a Andrea para así cumplir su segundo objetivo más grande: ser una mujer.
Su cambio comenzó con un largo trámite de cambio de nombre en la Registraduría Nacional y tras un fallo judicial, la Policía colombiana debió cambiar su identidad tanto en sus registros como en su uniforme.
A partir de ahí, Andrea Cortés comenzó a cambiar su cuerpo con la ayuda de medicamentos y algunos retoques estéticos entre los que se encuentran una mamoplastia, aumento de glúteos y rinoplastia. Desde entonces, la patrullera se convirtió en la primera policía transgénero de Colombia.
La historia de la agente policíaca se hizo popular en el país cafetero luego que la mujer tomara la decisión de visitar el consultorio del cirujano Antonio Ballestas para realizarse una glotoplastia de wendler, un procedimiento para cambiar el timbre de la voz.
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