El presidente Emmanuel Macron oficializó el regreso al confinamiento a partir de este viernes.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció este miércoles un nuevo confinamiento nacional para frenar el aumento de casos de covid-19 a partir del viernes y al menos hasta el primero de diciembre.
Los bares, restaurantes y negocios no esenciales cerrarán, pero a diferencia del confinamiento de dos meses impuesto entre marzo y mayo, las escuelas permanecerán abiertas, señaló Macron en un discurso retransmitido por televisión.
“El virus circula en Francia a una velocidad que ni siquiera los pronósticos más pesimistas habían previsto”, dijo Macron en un discurso retransmitido por televisión. Las fábricas y las explotaciones agrícolas podrán seguir funcionando y los servicios públicos permanecerán abiertos para limitar la parálisis económica.
Al igual que la primavera pasada, los franceses “podrán salir de su casa solo para ir al trabajo, a una visita médica, para ayudar a un pariente, hacer las compras esenciales o salir brevemente a tomar el aire”, dijo Macron. Se requerirán declaraciones escritas que justifiquen la salida, dijo, sugiriendo que se volverán a imponer multas a los infractores. “Si en dos semanas tenemos la situación bajo un mejor control, podremos revaluar las cosas y esperamos abrir algunos negocios, en particular para las vacaciones de Navidad”, dijo. “Espero que podamos celebrar la Navidad y el año nuevo con la familia”, añadió.
En las últimas 24 horas, 372 nuevos pacientes con covid-19 fueron ingresados en cuidados intensivos, por lo que ya son más de 3.000 los enfermos en estas unidades a nivel nacional. El temor es ante todo la saturación de estas unidades, donde ya están ocupadas más de la mitad de las camas disponibles, en un país que superó esta semana los 50.000 contagios diarios, los 35.000 decesos desde marzo y el millón de casos.
Francia vivió un primer confinamiento nacional de casi dos meses que dio frutos. Entre marzo y mayo, los 67 millones de franceses solo podían salir para ir a trabajar cuando no era posible hacerlo a distancia o para realizar actividades básicas como comprar víveres, medicamentos o hacer una hora de ejercicio diario.
Desde agosto Francia observa un repunte de contagios. En la página oficial del Gobierno, las autoridades dieron cuenta el martes de 288 muertos en los hospitales en las últimas 24 horas, y 235 en residencias para ancianos en los últimos cuatro días, lo que eleva el balance a 35.541 fallecidos en Francia desde el inicio de la pandemia.
En los momentos más duros de la primera ola, en abril, se registraron más de 700 muertos algunos días, entre hospitales y residencias para ancianos. Las autoridades temen un desbordamiento en los hospitales. El martes, más de 2.900 pacientes con coronavirus estaban ingresados en cuidados intensivos, de un total de 5.800 disponibles a nivel nacional en estos servicios.
Para Philippe Juvin, jefe de urgencias del hospital parisino Georges-Pompidou, un reconfinamiento general es inevitable. “Estamos ante una curva que asciende bastante rápido [de 30 a 50.000 nuevos casos por día] y hay que tomar medidas ahora porque si esperamos, por ejemplo ocho días, sería demasiado tarde”, dijo, inquieto sobre “un riesgo de desbordamiento del sistema de salud”.
El Gobierno francés buscaba a toda costa evitar un segundo confinamiento nacional que golpearía a la economía ya fragilizada. En su lugar, impuso un toque de queda nocturno en París y las principales ciudades del país hace dos semanas que obliga a alrededor de 46 millones de personas –dos tercios de la población– a quedarse en sus casas entre las 21H00 y las 06H00.
El ministro de Salud, Olivier Véran, había dicho que tomaría dos o tres semanas para ver si el toque de queda funcionaba, pero el aumento exponencial de nuevos casos desde entonces ha obligado al Gobierno contemplar nuevas medidas. Frédéric Valletoux, jefe de la Federación de Hospitales de Francia, estimó que es necesario un confinamiento nacional para detener una segunda ola epidémica “devastadora”.
“El toque de queda no ha dado todos los resultados que esperábamos, debemos sacar conclusiones muy rápidamente y tomar medidas radicales”, añadió. Por su parte, el ministro de Cuentas Públicas, Olivier Dussopt, advirtió que cada mes de confinamiento le cuesta a la economía francesa entre 2 y 2,5 puntos de PIB. “Esto representa más de 10.000 millones de euros (11.700 millones de dólares) en gastos de intervención y al menos 10.000 millones de euros en pérdidas de ingresos fiscales”, dijo.
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