Se trata de Ina, ejemplar que vivió gran parte de su vida en una pequeña jaula del zoológico de Piantra Neamt, en Rumania. El animal fue liberado, pero mantiene caminando en círculos creyendo que todavía está encerrado.
Ina es una osa marcada por el trauma de vivir gran parte de su vida en cautiverio: el animal pasó alrededor de 20 años de su vida compartiendo una jaula muy pequeña en el zoológico de Piatra Neamt, en Rumania. En sus tiempos de encierro, Ina compartía celda con su hermana Anca y únicamente salían de su jaula para dar un paseo una vez por semana, según informó Timisoara Online.
Su historia se viralizó en redes sociales durante esta semana de la mano del Santuario Libearty, situado en la localidad rumana de Zarnesti, donde la osa fue trasladada. En el video difundido se puede ver a la osa "atrapada” en una jaula imaginaria en la que todavía sigue dando vueltas, a pesar de disponer de un espacio más que suficiente para desplazarse.
Desde la cuenta de Twitter del santuario de osos, los representantes compartieron la siguiente reflexión con el objetivo de concientizar a la población de este tipo de situaciones: "Después de 20 años de cautiverio, Ina todavía está atrapada en su jaula imaginaria. Siempre que vaya a visitar un zoológico con jaulas diminutas o un circo donde actúan los osos, recuerde esto", publicaron.
"Esta es la imagen del trauma que a veces nunca se cura y nunca se olvida", dijeron, por su parte, los representantes de la Asociación Millones de Amigos, quienes, después de varios años denunciando la situación de Ina, y con el apoyo de la Guardia Nacional Ambiental, lograron trasladar a la osa al santuario.
Actualmente, Ina cuenta con una parcela con árboles, su propia piscina y una guarida para resguardarse, aunque es probable que pase algún tiempo y necesite de ayuda hasta que aprenda a vivir fuera de esa jaula imaginaria.
Los especialistas explican que necesitará algún tiempo y también ayuda para aprender a vivir fuera de esa jaula que la atormenta. Tal vez nunca logre superar el trauma.
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Claramente se trata de un caso de maltrato que le creó un trauma al animal, que si bien hoy tiene otras condiciones de vida no puede disfrutarlas, pues son más fuertes su recuerdos y la vivencia registrada durante dos décadas que la oportunidad que tiene de vivir en libertad y disfrutar del nuevo escenario en el que habita.
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